Ató a su esposa y abarcó con un látigo

El hombre ató sus piernas y brazos a su esposa al simulador y dejó a la niña en una posición tan incómoda. Al principio dijo que no se aferraría, pero no podía liberarse. El hombre instaló la cámara opuesta, le pidió a la perra que extendiera las piernas en diferentes direcciones y se armó con un látigo de cuero. Se acercó y comenzó a azotar a la perra a lo largo de los muslos. Luego sintió un poco de pena por su novia y puso una otomana de cuero debajo de su culo para que no tuviera peso. Pero él prohibió que se cerrara las piernas y ella tuvo que mantenerlas en peso, sintiendo cómo comenzaron a tirar dolorosamente.